Al parecer la relación entre lo natrual y lo artificial se ha posicionado como antagónica; lo artificial se arraiga de tal manera a la vida cotidiana que pone en riesgo la escencia de lo natural.
Actualmente, la tecnología, la cibernética, los inventos artificiales juegan un papel sumamente importante en el desarrollo cotidiano de las personas; a lo largo de los años el crecimiento tecnológico y científico se ha dado de manera paulatina hasta el boom artificial que ha caracterizado a las sociedades del s.XXI, el hecho de que en nuestros días se le dé más peso al ámbito tecnológico revela un importante cambio social que se ha sucedido en las civilizaciones actuales; vivimos en un mundo volátil, dinámico, veloz, somos incapaces de detenernos por trivialidades, y sin duda, la tecnología ha facilitado y colaborado con muchos de esos cambios; en un mundo tan activo como el de hoy son necesarios instrumentos y gadgets que no sólo se adapten a este nuevo estilo de vida sino que también sean capaces de fomentarlo y no detener esta máquina que gira ya por sí sola.
Es cierto que dicha modernización implica una amenaza para todos los métodos tradicionales que actualmente comparten el mundo e incluso luchan por su supervivencia, no obstante, así como la tecnología de punta implica una transformación de lo análogo a lo obsoleto también da pauta y abre las puertas para la aparición de innumerables inventos y complementos que ayuden a la explotación del talento y la creatividad personal en la comodidad de nuestra propia casa.
A pesar de muchas de las amenazas que presupone lo artificial, este medio también ha fungido como perpetuador de la especie, ha dado oportunidad para que los seres humanos continuen con su camino en este mundo, hasta cierto punto nos hace más fuertes, apoya el crecimiento de la especie humana, es por eso que crear una vida independiente de la tecnología se considera un aspecto descabellado, hoy en día la tecnología es una extensión del hombre mismo que se encuentra en constante cambio, sin embargo, ésta llega hasta donde el hombre alcance, al ser una extensión de la raza humana nosotros dependemos de ella y al mismo tiempo determinamos su longevidad.
No se puede negar que vivimos en una era tecnológica, no por esta razón lo análogo resulta obsoleto, pero la nueva tecnología representa en sí un sin fin de posibilidades que no tienen por qué desplazar a lo tradicional.
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